¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno "tropieza" si tiene suerte?
Todos están sedientos de amor; ven innumerables películas basadas en historias de amor felices y desgraciadas, escuchan centenares de canciones triviales que hablan del amor, y, sin embargo, casi nadie piensa que hay algo que aprender acerca del amor.
Esa peculiar actitud se debe a varios factores que, individualmente o combinados, tienden a sustentarla. Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar. De ahí que para ellos el problema sea cómo lograr que se los ame, cómo ser dignos de amor.
Para alcanzar ese objetivo, siguen varios caminos. Uno de ellos, utilizado en especial por los hombres, es tener éxito, ser tan poderoso y rico como lo permita el margen social de la propia posición. Otro, usado particularmente por las mujeres, consiste en ser atractivas por medio del cuidado del cuerpo, la ropa, etc. Existen otras formas de hacerse atractivo, que utilizan tanto los hombres como las mujeres, dependiendo de lo que el ambiente social valore más en ese momento y lugar. Muchas de las formas de hacerse querer son iguales a las que se utilizan para alcanzar el éxito, para "ganar amigos e influir sobre la gente".
En realidad, lo que para la mayoría de la gente de nuestra cultura equivale a digno de ser amado es, en esencia, una mezcla de popularidad y sex-appeal.
La segunda premisa que sustenta la actitud de que no hay nada que aprender sobre el amor, es la suposición de que el problema del amor es el de un objeto y no de una facultad. La gente cree que amar es sencillo y lo difícil encontrar un objeto apropiado para amar -o para ser amado por él-. En las últimas generaciones el concepto de amor romántico se ha hecho casi universal en el mundo occidental. En los Estados Unidos de Norteamérica, si bien no faltan consideraciones de índole convencional, la mayoría de la gente aspira a encontrar un "amor romántico", a tener una experiencia personal del amor que lleve luego al matrimonio. Ese nuevo concepto de la libertad en el amor debe haber acrecentado enormemente la importancia del objeto frente a la de la función.
Hay en la cultura contemporánea otro rasgo característico, estrechamente vinculado con ese factor. Toda nuestra cultura está basada en el deseo de comprar, en la idea de un intercambio mutuamente favorable. La felicidad del hombre moderno consiste en la excitación de contemplar las vidrieras de los negocios, y en comprar todo lo que pueda, ya sea al contado o a plazos. El hombre (o la mujer) considera a la gente en una forma similar. Una mujer o un hombre atractivos son los premios que se quiere conseguir. "Atractivo" significa habitualmente un buen conjunto de cualidades que son populares y por las cuales hay demanda en el mercado de la personalidad. Las características específicas que hacen atractiva a una persona dependen de la moda de la época, tanto física como mentalmente.
De cualquier manera, la sensación de enamorarse sólo se desarrolla con respecto a las mercaderías humanas que están dentro de nuestras posibilidades de intercambio. Quiero hacer un buen negocio; el objeto debe ser deseable desde el punto de vista de su valor social y al mismo tiempo, debo resultarle deseable, teniendo en cuenta mis valores y potencialidades manifiestas y ocultas. De ese modo, dos personas se enamoran cuando sienten que han encontrado el mejor objeto disponible en el mercado, dentro de los límites impuestos por sus propios valores de intercambio. En una cultura en la que prevalece la orientación mercantil y en la que el éxito material constituye el valor predominante- no hay en realidad motivos para sorprenderse de que las relaciones amorosas humanas sigan el mismo esquema de intercambio que gobierna el mercado de bienes y de trabajo.
El tercer error que lleva a suponer que no hay nada que aprender sobre el amor, radica en la confusión entre la experiencia inicial del "enamorarse" y la situación permanente de estar enamorado o, mejor dicho de "permanecer" enamorado. Si dos personas que son desconocidas la una para la otra, como lo somos todos, dejan caer de pronto la barrera que las separa y se sienten cercanas, se sienten uno, ese momento de unidad constituye uno de los más estimulantes y excitantes de la vida. Y resulta aún más maravilloso y milagroso para aquellas personas que han vivido encerradas, aisladas, sin amor. Ese milagro de súbita intimidad suele verse facilitado si se combina o inicia con la atracción sexual y su consumación. Sin embargo, tal tipo de amor es, por su misma naturaleza, poco duradero. Las dos personas llegan a conocerse bien, su intimidad pierde cada vez más su carácter milagroso, hasta que su antagonismo, sus desilusiones, su aburrimiento mutuo, terminan por matar lo que pueda quedar de la excitación inicial. No obstante, al comienzo no saben todo esto; en realidad, consideran la intensidad del apasionamiento, ese estar "locos" el uno por el otro, como una prueba de la intensidad de su amor, cuando sólo muestra el grado de su soledad anterior.
Esa actitud -que no hay nada más fácil que amar- sigue siendo la idea prevaleciente sobre el amor, a pesar de las abrumadoras pruebas de lo contrario. Prácticamente no existe ninguna otra actividad o empresa que se inicie con tan tremendas esperanzas y expectaciones, y que, no obstante, fracase tan a menudo como el amor. Si ello ocurriera con cualquier otra actividad, la gente estaría ansiosa por conocer los motivos del fracaso y por corregir sus errores o renunciaría a la actividad. Puesto que lo último es imposible en el caso del amor, sólo parece haber una forma adecuada de superar el fracaso del amor, y es examinar las causas de tal fracaso y estudiar el significado del amor.
El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte como es un arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.
¿Cuáles son los pasos necesarios para aprender cualquier arte? El proceso de aprender un arte puede dividirse convenientemente en dos parte: una, el dominio de la teoría; la otra, el dominio de la práctica. Si quiero aprender el arte de la medicina, primero debo conocer los hechos relativos al cuerpo humano y a las diversas enfermedades. Una vez adquirido todo ese conocimiento teórico, aún no soy en modo alguno competente en el arte de la medicina. Sólo llegaré a dominarlo después de mucha práctica, hasta que eventualmente los resultados de mi conocimiento teórico y los de mi práctica se fundan en uno, mi intuición, que es la esencia del dominio de cualquier arte. Pero aparte del aprendizaje de la teoría y la práctica, un tercer factor es necesario para llegar a dominar cualquier arte el dominio de ese arte debe ser un asunto de fundamental importancia, nada en el mundo debe ser más importante que el arte. Esto es válido para la música, la medicina, la carpintería y el amor. Y quizás radique ahí el motivo de que la gente de nuestra cultura, a pesar de sus evidentes fracasos, sólo en tan contadas ocasiones trata de aprender ese arte. No obstante el profundo anhelo de amor, casi todo lo demás tiene más importancia que el amor: éxito, prestigio, dinero, poder; dedicamos casi toda nuestra energía a descubrir la forma de alcanzar esos objetivos, y muy poca a aprender el arte del amor.
¿Sucede acaso que sólo se consideran dignas de ser aprendidas las cosas que pueden proporcionarnos dinero o prestigio, y que el amor, que "sólo" beneficia al alma, pero que no proporciona ventajas en el sentido moderno, sea un lujo por el cual no tenemos derecho a gastar muchas energías?
Extractado de Fromm, E. "El Arte de Amar"
martes, 27 de octubre de 2009
El Arte de Amar
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sábado, 24 de octubre de 2009
Los principales atributos del liderazgo
1. EL CORAJE INQUEBRANTABLE está basado en conocimiento de sí mismo y de su ocupación. Ningún seguidor desea ser dominado por un líder que le falte confianza y valentía. Ningún seguidor inteligente será dominado a largo plazo por tal líder.
2. CONTROL DE SÍ MISMO. El hombre que no se puede controlar a sí mismo nunca puede controlar a otros. El autocontrol es ejemplo para los seguidores de uno, los cuales los más inteligentes se emularán.
3. UN AGUDO SENTIDO DE JUSTICIA. Sin un sentido de justicia ningún líder puede comandar y mantener el respeto de sus seguidores.
4. FIRMEZA DE DESICION. El hombre que tambalea en sus decisiones demuestra que no es seguro de sí mismo, no puede guiar a otro exitosamente.
5. FIRMEZA DE PLANES. El líder exitoso debe planear su trabajo y trabajar su plan. Un líder que se mueve por suposiciones y sin planes definitivos prácticos es comparable con un barco sin timón. Tarde o temprano el barco se estrellará contra las rocas.
6. EL HABITO DE HACER MAS DE LO QUE LE PAGAN. Una de las penalidades del liderazgo es la necesidad de disponerse a hacer lo que él más requiere de sus seguidores.
7. UNA PERSONALIDAD AGRADABLE. No desaliñado; Las personas descuidadas no pueden ser líderes exitosos. El Liderazgo exige respeto. Los seguidores no respetarán a un líder que no califica altamente en todos los factores de una personalidad agradable.
8. COMPACION Y ENTENDIMIENTO.El líder exitoso debe ser compasivo con sus seguidores. Aún más, él debe entender los problemas de las personas.
9. MAESTRO DEL DETALLE. El liderazgo exitoso exige que la posición del líder sea como un maestro de detalles.
10. DISPOSICION DE ADQUIRIR COMPLETA RESPONSABILIDAD. El líder exitoso debe estar dispuesto a asumir la responsabilidad por lo errores y deficiencias de sus seguidores. Si él trata de desviar ésta responsabilidad, él no permanecerá como líder. Si uno de sus seguidores comete un error y demuestra a sí mismo ser incompetente, el líder debe considerar que, es él quién que falló.
11. COOPERACION. El líder exitoso debe entender y aplicar el principio del esfuerzo cooperativo y ser capaz de inducir a sus seguidores a hacer lomismo. El liderazgo exige PODER y el poder exige COOPERACION
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lunes, 21 de septiembre de 2009
REGLA 12
Nunca deben descuidarse los detalles, ni escatimarse ese esfuerzo adicional, esos cuantos minutos de más, esa palabra suave de alabanza o agradecimiento, esa entrega de lo mejor que uno puede hacer. No importa lo que los demás piensen, pero sí es de primordial importancia lo que uno piensa de sí mismo. Usted nunca podrá hacer lo mejor, que debería ser siempre su rasgo distintivo, si está tomando atajos y evadiendo responsabilidades. Usted es alguien especial. Debe actuar como tal. ¡Nunca deben descuidarse los detalles!Maestro, estudiante obrero de una fábrica, vendedor, administrador, padre de familia, entrenador, atleta, conductor de taxi, elevadorista, médico, abogado - no importa qué retos se acepten en esta vida, qué tareas deban desempeñarse para ganarse el pan de cada día... nunca deben descuidarse los detalles.
En efecto, estamos viviendo en una era que parece ir más rápido que la velocidad de la luz, y en nuestro mundo apresurado es fácil caer en el hábito de tomar atajos, de pasar por alto algunas de nuestras obligaciones, cuando pensamos que nos puede resultar.
Olvidamos las lecciones de la historia y las advertencias de los hombres sabios.
Descuidar los detalles, en cualquier cosa que uno esté haciendo, puede resultar desastroso. Edison perdió una valiosa patente porque inadvertidamente colocó mal un solo punto decimal. Roberto de Vicenzo perdió un Torneo Maestro porque firmó, sin tomarse el tiempo de verificarla, su tarjeta de puntos en la que había un puntaje incorrecto. Y estoy seguro que usted, lector, alguna vez recibió el adagio de Benjamín Franklin: "Por falta de un clavo, la herradura se perdió, y por falta de un jinete la guerra se perdió".
Evidentemente, el sueño de todos es encontrar algo que hacer en este mundo, un trabajo que le guste tanto a uno que estaría dispuesto a hacerlo gratis. Desafortunadamente, esto no le sucede a muchos y por eso la mayoría de nosotros aburriéndose cada vez más de su tarea en la vida, gradualmente deja de hacer su mejor esfuerzo y realiza un trabajo chapucero cada vez que se puede. Por no mencionar lo que esta manera de vivir le hará a la imagen que uno tiene de sí mismo, los detalles pasados por alto o manejados sin cuidado, a menudo pueden provocar problemas mayores que con toda seguridad impedirán que uno avance. Somos una creación de Dios. Nunca hay que dejar que nada de lo que surge de uno, actos, objetos, esfuerzo o amabilidad, sea menos de lo mejor que uno puede dar. Sólo los fracasados y los mediocres descuidan los detalles.
Un ejemplo muy bueno de esta verdad tan sencilla pero poderosa, de esta residente regla de la vida, se yergue en lo alto de la Isla de la Libertad en la bahía de Nueva York. Si alguna vez va usted, amigo lector, a la ciudad de Nueva York y dispone de unas cuantas horas para disfrutarlas, le recomiendo que realice uno de los varios viajes en helicóptero que salen del pie de la calle Treinta y Cuatro Este en East River. Cuando llegue finalmente a la hermosa Estatua de la Libertad que se levanta orgullosa en medio de la bahía, le pido que preste especial atención.
La mole de cobre con estructura de acero de la Dama Libertad destaca más de noventa metros sobre el nivel del mar. Mientras un helicóptero da vueltas cada vez más cerca, le recomiendo que mire la parte superior de la cabeza de la estatua para que observe cada mechón de cabello se elaboró esmeradamente hasta el mínimo detalle y, al igual que todas las demás partes de su bata y de su cuerpo. Ese delicado peinado metálico en la parte superior de la cabeza indudablemente requirió de muchas semanas adicionales en el taller parisino de Auguste Barholdi, semanas que el gran escultor podía haberse ahorrado pues, hasta donde podía saber, nadie vería nunca la parte superior de la cabeza de la estatua.
La estatua fue inaugurada el 28 de octubre de 1886 por el presidente Grover Cleveland. ¡En 1886 no había aeroplanos! ¡Los hermanos Wrigh ni siquiera lograron su primer despegue primitivo del suelo en Kitty Hawk sino diecisiete años más tarde! Bartholdi estaba bien consciente de que sólo unas cuantas gaviotas valientes podrían alguna vez mirar a la estatua desde arriba, y con toda seguridad nadie hubiera sabido nunca si los mechones de pelo no habían sido modelados y pulidos meticulosamente. Sin embargo, el maestro artesano no tomó ningún atajo. ¡Cada mechón de cabello, cada rizo, está en su sitio!
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domingo, 13 de septiembre de 2009
¿A POCO NO TE ACUERDAS...?
Somos la última generación que aprendimos a jugar en la calle y en los recreos de la escuela a las canicas, quemados, a las escondidas, al resorte, al avioncito... PERO ADEMÁS somos la primera generación que jugó con videojuegos, fuimos a parques de atracciones o vimos caricaturas a color.
Fuimos los últimos en grabar canciones de la radio en casetes y ver películas versión Beta y VHS pero orgullosos pioneros del walkman, el chat y los CD´s.
Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos, Salvado por la Campana (con todo y Screech) y Beverly Hills 90210,(te gustaron en su momento, velas ahora...). Lloramos con Carrusel y Cirilo, y nos moríamos si no llegábamos a ver TVO o Nubeluz.
Nosotros hemos aprendido lo qué es el terrorismo, vimos caer el muro de Berlín y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre de la caída de las dos torres.
Aprendimos a utilizar las computadoras antes que nuestros padres y abuelos, jugamos con el Spectrum, el Tetris, el Mario Bross, vimos los anuncios de los primeros celulares (que parecían ladrillos) y creímos que Internet sería un mundo libre.
Somos la Generación de Xuxa, Robotech, Gi Joe, Los Halcones Galácticos, los ThunderCats, los Transformers, He-Man y las Tortugas Ninja, Del Correcaminos, 'Oliver y Benjí', Rainbow Brighty Rosita Fresita, de los Pitufos, La Pantera Rosa, Los Picapiedras, el Pájaro Loco, Mazinger Z.
Los que crecieron escuchando a Soda, Madonna, Michael Jackson y Guns ´N Roses, Nacha Pop , Hombres G y que luego presenciaron el apogeo y desplome del grunge junto con la muerte por sobredosis de su mayor exponente. También estaban la Onda Vaselina, Timbiriche, Microchips, Parchis, o Menudo.
Había programas en la televisión que se te encantaban, como Cándido Pérez, La Carabina de Ambrosio, Los Polivoces, Anabel, Chespirito, Chabelo, No empujen, y no te tenias que chutar los programas de hoy de disque "comedia" que lo único que se salva es los programas de produce Derbez.
Fuimos la última generación de las botellas de a litro, de la coca-cola familiar de vidrio y la ultima en hacer mandados en la bolsa de cuadritos para ganarnos una lana.
La última en tirar las tortillas en plena calle y ponerlas con todo el remordimiento del mundo en la mesa a la hora de la comida, hoy ningún niño en su sano juicio lo haría, pensaría que tiene mil bacterias.
No había celulares!!! Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila o bolsón que rara vez tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!! Cuantos no recogimos del suelo nuestros útiles al romperse la mochila.
Comíamos dulces y tomábamos juguitos o "bolis", pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto. Compartimos botellas de bebidas o en bolsa y nadie se contagio de nada, excepto de los piojos, cosa que se solucionaba lavándose la cabeza con vinagre caliente, rezábamos para contagiarnos de gripa o sarampión de nuestro mejor amigo para disfrutar de las "vacaciones".
No tuvimos PlayStation, no había 79 canales de televisión, pantallas planas, sonido surround, mp3s, ipods, computadores e Internet, pero nos lo pasábamos de lo lindo tirándonos globos con agua, o jugando con los playmobil. Y nunca escuchamos sobre el calentamiento global.
Ligábamos jugando a la botella o a "verdad o castigo", no en un chat POR FAVOR!!!! No era necesario tener fotoblog ni facebook para saber si existíamos, bastaba con chiflar la tonada de la pandilla o gritar como Tarzán para que toda la cuadra saliera de sus casas, ni nos catalogábamos como otakus, emos, etc.
Éramos el apio, la ojona, la chimuela, la pecosa, o cosas así, pero todos pertenecíamos al mismo grupo.
Éramos responsables de nuestras acciones y acarreábamos con las consecuencias, no había nadie para resolver eso. Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.
¡Felicidades!
Pasa esto a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños, recordemos lo bueno de la vida. Lo fácil que es ser felices, la grandeza de lo sencillo.
No necesitamos todas esas etiquetas, todas esas superficialidades, cosas, celulares, ropa... recordemos cómo ser niños, pero sobre todo, cómo ser libres!!!
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viernes, 11 de septiembre de 2009
Recientemente un artículo decía: Que el costo de crianza de un niño desde su nacimiento, hasta la edad de 18 años, era de $160,140.00 dólares, para una familia de clase media.
Para aquellos que tenemos hijos, estos números nos llevan a fantasear sobre todo el dinero que podríamos tener amontonado, si no fuera por ellos.
Para otros, este número solo podría confirmar su decisión de seguir sin hijos.
Pero $160,140.00, no es una cifra tan grande, si la desglosamos, ya que se convierte en: $ 8,896.66 por año, $741.38 por mes, $171.08 por semana.
Tan solo $24.44 por día. Un poco más de $1.00 dólar por hora.
Aun así, se podría inferir que el mejor consejo financiero podría ser: “No tenga niños, si quiere ser rico”.
Y nos extraña, que haya quien está dispuesto a invertir, no sólo $164,140.00, sino $320,280.00 dólares o más…
La pregunta es… ¿Qué obtienes a cambio de tu inversión de $160,140.00 dólares?
El derecho para designar nombres: 1er. nombre, 2do. nombre y apellidos.
Risitas bajo las sábanas, todas las noches. Más amor, del que tu corazón puede soportar. Inagotables besos de mariposa, y abrazos de oso.
El asombro interminable, ante las maravillas de la naturaleza, como las piedras, los peces, las nubes y… las galletas calientes. Señales de la existencia de Dios, todos, y cada uno de los días.
Una mano para sostener, normalmente cubierta con mermelada. Un compañero para hacer burbujas, construir castillos en la arena, mojarte, y divertirte como un enano.
Alguien para reírse tontamente de uno mismo, sin importar lo que diga el jefe, o cómo se hayan portado las acciones durante la jornada.
Ver prenderse la luz, cuando ellos empiezan a entender como el sumar y el restar y que Santa, no es el verdadero significado de la Navidad.
Por $160,140.00 tú nunca tienes que crecer: Tienes la excusa perfecta, para seguir leyendo los cuentos de Peter Pan. Ver dibujos animados en la mañana del sábado. O ir a ver películas de Disney, y pedirle deseos a las estrellas.
Puedes pegar arco iris, corazones y flores, debajo de los imanes del refrigerador, y coleccionar flores de tallarines, pintados para la Navidad. Tarjetas con dibujos en la parte de atrás para el Día del Padre o de la Madre.
Por $160,140.00 no hay mejor inversión para tu dinero: Puedes ser un héroe, sólo por recuperar un juguete del techo. Por quitar las ruedas de entrenamiento, de la bicicleta. Por sacar una astilla, llenar la piscina inflable, llevarlo a caballito muy lejos, y por adiestrar un equipo de fútbol, que nunca gana, pero siempre logra como premio un helado.
Consigues un asiento VIP en su historia, para ser testigo: de la primera palabra, del primer paso, del primer diente que cae, de la primera oración. De la primera vez en la feria, de la primera cita.
Consigues ser inmortal. Logras agregar otra rama a tu árbol genealógico, y si tienes suerte, una nueva lista de activos en tu inversión, llamada “nietos”.
Obtienes una educación, algunas veces con honores en: Nutrición, Psicología, Comunicaciones, Justicia, que ninguna universidad del mundo, puede igualar. Y Sexualidad Humana.
Ante los ojos de un niño, estás en el mismo escalafón que Dios, tienes todo el poder para: sanar un llanto, espantar a los monstruos que están debajo de la cama… remendar un corazón roto, organizar y vigilar una fiesta.
Y amarlos sin límites, de forma tal que un día, ellos también amen como tú: sin tomar en cuenta el costo.
Buena inversión!! ¿No crees?
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jueves, 3 de septiembre de 2009
LA RAZÓN DE TU VIDA
En algún momento nos hacemos la pregunta de más de un millón de dólares ¿por qué estoy aquí?, ¿hay algún propósito para mi existencia?. Cuentan que una vez un hombre, quien siempre se distinguió por ser reflexivo, caminaba por un parque, como era aún muy temprano por la mañana, el jardinero se sorprendió al verlo y le preguntó ¿quién es usted? a lo que el hombre respondió “si usted puede contestar esa pregunta, le estaré eternamente agradecido”. Ninguno de nosotros es un accidente biológico, la relación que cada quien mantiene con los demás puede acercarnos a una respuesta. Si eres de los que se han cuestionado acerca del por qué de su aparición y permanencia en este planeta, en esta casa, piensa en cuántas veces tu presencia ha sido necesaria; seguramente serán muchas.
Es innegable que estamos aquí porque debemos cumplir un propósito, se dice que encontrarlo es hallar la felicidad. El escritor brasileño Paulo Cohelo comenta en el libro El manual del Guerrero de la Luz, que no siempre estamos seguros acerca de cuál es nuestro propósito y agrega que el guerrero de la luz “muchas veces pasan noches en vela creyendo que sus vidas no tienen sentido. Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque se preguntan. Porque buscan una razón y con seguridad la encontrarán”.
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Volando en V
La próxima vez que veas las aves volando en "v", recuerda lo siguiente: Es bien interesante lo que la ciencia ha descubierto acerca de porque algunas aves vuelan de esa forma. Se ha comprobado que cuando cada pájaro mueve sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él. Volando en "v", la bandada completa aumenta por lo menos en el 71% su pode, mas allá de lo que lograría cada pájaro si volara solo. esta comprobado que las personas que se unen y comparten una dirección común, con sentido de comunidad, llegan mas rápido y fácil adonde desean, porque se apoyan y fortalecen mutuamente.
Cada vez que un ave sale de la formación, siente de inmediato la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente regresa a la formación para beneficiarse del poder de los compañeros que van adelante y ayudan a los que van detrás: si nosotros actuáramos con la inteligencia de las aves, haríamos todo lo posible por superar todas las diferencias, compartiendo una misma dirección y sirviendo con lo mejor de nosotros mismos.
Cuando el líder de las aves se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar: siempre obtenemos mejores resultados si tomamos turnos haciendo los trabajos mas difíciles, en lugar de permitir que unos pocos, o uno solo, lleve el peso.
Los biólogos han observado que en el caso de los gansos, los que van detrás producen un sonido propio de ellos para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad: una palabra de aliento produce grandes beneficios. El estimulo motiva y reconforta.
Finalmente cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo siguen, para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta cuando este nuevamente en condiciones de volar, o hasta que muera, y solo entonces, los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo.
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sábado, 21 de febrero de 2009
REGLAS 10
Hay que reírse de sí mismo y de la vida. No con el ánimo de burlarse ni de autocompasión plañidera, sino como un remedio, como un medicamento milagroso, que le mitigará a uno el dolor, le curará la depresión y le
ayudará a poner en perspectiva la derrota aparentemente terrible del momento. Uno debe borrar la tensión y las preocupaciones riéndose de sus predicamentos, con lo que liberará su mente para pensar con claridad en la solución que seguramente llegará. Nunca hay que tomarse demasiado en
serio.
Los días más desolados son aquellos en que no se ha oído el sonido de la risa. Una buena sonrisa es un rayo de sol en cualquier hogar, así es que no hay que dejar pase un día sin exteriorizar el lado feliz de uno, aunque esté luchando con el caos. Cada vez que sonríe, y más cuando ríe, se añaden momentos preciosos a la propia vida.
El hombre es la única criatura dotada con el poder de la risa, y tal vez es la única criatura que merece que se rían de ella. Sin embargo, la mejor de las risas es la de aquella persona que tiene suficiente confianza en sí misma. Esto demuestra la rara capacidad de mirarse con objetividad, y si uno puede hacer eso, todas sus preocupaciones se encogerán.
Claro que hay reglas para jugar bien este difícil juego de la vida, pero uno no debe olvidar nunca que se sigue tratando de un juego - un juego que nadie debe tomar jamás demasiado en serio. Si no nos las ingeniamos para extraer un poco de gozo de este día, ¿qué caso tiene? Reírme de mí mismo y, por supuesto, no tomarme demasiado en serio es una regla del juego que debo seguir aprendiendo una y otra vez. Cada vez que comienzo a actuar un tanto demasiado profesional o pomposo o que asumo el papel del "autor famoso", Dios siempre me preparara para otra merecida caída que me enderece... hasta la próxima vez.
Acababa de estar varios días visitando estaciones de radio y televisión en la zona de Atlanta, y ahora me llevaban en una limosina negra a firmar autógrafos en un centro comercial aproximadamente a dos horas de la ciudad. Mi programa me indicaba que iba a visitar una pequeña estación cristiana de radio donde iba a conversar en vivo con un caballero conocido como "el Reverendo John".
A su debido tiempo, nos estacionamos frente a una casita de campo cuya pintura blanca comenzaba a descascararse. Mi conductor se volvió y me dijo, casi en tono de disculpa.
- Esta es Señor. La radiodifusora.
Antes de haber subido el último escalón, se abrió la puerta del frente y allí estaba el Reverendo John. Supe que era él porque llevaba un letrero bordado en hilo rojo con ese nombre por encima del bolsillo superior de su atuendo blanco de una pieza.
-¡Bienvenido a nuestra humilde estación, señor! - exclamó mientras me abrazaba - Es un gran honor.
Atravesamos lo que alguna vez probablemente había sido una estancia pero ahora estaba lleno de equipos electrónicos y tableros de discos y cintas. Pude oír salmos mientras el reverendo me conducía a su "estudio" en la parte de atrás.
- Saldremos al aire en sólo unos cuantos minutos - dijo mi anfitrión - Siéntese allí y póngase cómodo.
El reverendo John señalaba con un gesto de la cabeza en dirección a una mesa sin pintura sobre la cual se apoyaba precariamente un micrófono, unido con varios clavos a los tableros. Me deslicé para sentarme en la tosca banca, y me pregunté si los editores, allá en sus elegantes oficinas de la Quinta Avenida, tenían idea de las cosas por las que tenían que pasar los autores. Luego, para mi gran sorpresa, el Reverendo John se acomodó a mi lado en la banca, y de pronto comprendí que le micrófono que había sobre la mesa era el único y que íbamos a compartirlo. Vaya cambio después de pasarme días entre el brillo y el cristal de las radiodifusoras de Atlanta. Sin embargo, me dije a mí mismo que podía soportar cualquier cosa durante treinta minutos.
En ese viaje estaba promocionando Operación Jesucristo, y a diferencia de tantos entrevistadores, que nunca leen el libro de uno antes de la entrevista, el Reverendo John no sólo lo había leído, sino que había preparado una larga lista de preguntas muy perceptivas, en un cuaderno de notas, a la cual constantemente se refirió una vez que estuvimos en el aire.
Realmente estaba disfrutando nuestra conversación cuando, aproximadamente a la mitad de la entrevista, sonó con fuerza el timbre de un teléfono que había en el otro cuarto. Por supuesto que este "estudio" no estaba insonorizado, como lo está la mayor parte, así es que el fuerte ruido del teléfono, que llegó a mitad de mi respuesta a una de sus preguntas, me descontroló completamente y casi pierdo el hilo de mis pensamientos mientras trataba de recobrar la compostura.
El maldito teléfono siguió sonando y sonando. Finalmente, un molesto Reverendo John echó un vistazo a su cuaderno de notas, me hizo la pregunta siguiente de su lista y luego, ante mis horrorizados ojos, se volvió, pasó las piernas por encima de la banca, se puso de pie y desapareció en el otro cuarto, me imagino que para atender el teléfono.
Heme aquí ahora respondiendo ante una banca vacía - y un micrófono funcionando - y hable... muy... muy despacio, demorándome, sin saber qué haría si completaba mi respuesta antes de que mi amigo hubiera regresado.
Finalmente, agoté el tema y el Reverendo John no aparecía por ningún lado. Y entonces, por primera vez en mi vida, se me ocurrió una brillante idea. Estiré el brazo y acerqué su cuaderno de notas, lo puse frente a mí, y recorrí con el dedo su lista de preguntas, encontré la que seguía y dije: "Reverendo John, me imagino que usted se ha de preguntar de dónde saqué la idea de Operación Jesucristo.
...y durante los siguientes catorce minutos, !me entrevisté yo sólo!
Finalmente, sentí que alguien me tocaba el hombro. Estaba tan concentrado en mi doble papel de entrevistador y entrevistado, que ni siquiera me di cuenta de que mi anfitrión había regresado. Señalo el enorme reloj que había en la pared, se inclinó y dijo frente a nuestro micrófono: "Señor , fue un gran honor tenerlo con nosotros el día de hoy. Le deseo un gran éxito con este libro maravilloso y que viaje seguro durante el resto de su recorrido.
¡Dios lo bendiga! Al decir eso, oprimió un botón y el himno "Never My God to Thee" se difundió pro las ondas hertzianas, mientras que yo me incorporaba secándome la frente. Fue entonces cuando recordé, una vez más, esa regla tan importante de la vida que nos dice que hay que reírnos de nosotros mismos. El Reverendo John me mostraba una tarjeta y se veía complacido.
- Señor Mandino, siento haber tenido que hacerle pasar ese apuro, aunque se las arregló usted con gran maestría. La llamada era de mi madre de ochenta y dos años que vive en San Diego, y la última vez que hablamos me prometió que la siguiente vez que me llamara me daría nuestra vieja receta familiar par preparar el pan de zanahoria.
Hay que reírse del mundo. Y lo más importante, hay que reírse de uno mismo. Si en la farmacia de su preferencia se vendiera la risa, el doctor familiar le recetaría algo de risa al día. Es una forma mucho mejor de vivir.
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Etiquetas: REGLAS DE EXITO
miércoles, 18 de febrero de 2009
MANDAMIENTOS DE EXITO 8
¡Cuán diferente eres ahora del niño que fuiste! Llegaste a este mundo sin
nada, pero con los años te has ido sobrecargando con tanto equipaje pesado
en nombre de la seguridad, que tu viaje por la vida se ha convertido en un
castigo en vez de placer.
Aligera tu carga a partir de hoy.
Comprende que el verdadero mérito del hombre se mide por los objetos que
rehusa perseguir o adquirir. Las grandes bendiciones de la vida ya están dentro
de ti o a tu alcance.
Abre los ojos a la verdad antes de que tropieces precisamente con los
tesoros que tanto buscas. El amor, la paz de espíritu y la felicidad, son
joyas que ningún tipo de fortuna, ninguna cantidad de tierras o monedas,
pueden exaltar o desperdiciar.
¿Qué recompensa hay en el oro, las sedas y los palacios si su posesión
destruye la felicidad que tan ciegamente diste por sentada? La mayor
falsedad del mundo es que el dinero y las propiedades del mundo pueden
llenar de gozo tu vida. Si la riqueza se convierte en parte de tu equipaje,
te empobrecerás, porque entonces no serás más que un asno cuyo lomo se
dobla bajo el peso del oro que debes soportar hasta que la muerte aligere
tu carga.
De todos los bienes materiales innecesarios que abrazas, de todos los
placeres que gozas, no te podrás llevar de este mundo más de lo que puedes
sacar de un sueño. Admite la riqueza de mala gana en tu hogar, pero nunca
en tu corazón.Y no le envidies a ningún hombre sus grandes posesiones. Su equipaje sería
demasiado pesado para ti, como ya lo es para él. Tú no podrías sacrificar,
como él, salud, paz, honor, amor, tranquilidad y conciencia para obtenerlas.
El precio es tan alto que, al final, el trueque se convierte en una gran pérdida.
Simplifica tu vida. Es más aquel que se contenta con menos.
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Etiquetas: MANDAMIENTOS
lunes, 16 de febrero de 2009
Y tu a que le temes?
Tus miedos y tu a que le temes para ti que es el miedo, por que o a que le temo? tal vez me diras yo le temo a la muerte, a la soledad, a fracazar, a la soledad, alguien me dira yo le temo a Dios pero te as preguntado que es el miedo de donde viene ese sentiemiento el miedo no es nada mas que una idea que desafortunadamete los padres le ponemos a los hijos cuando un niño nace nace sin ese miedo pero que hacemos los padres cuando comienza este a caminar le gritas te vaz a caer , y ese niño le formaste inseguridad ese niño crece un poco mas lo mandas un dia que se yo a algun lugar, pero le dices, no vallas solo que alguien te acompañe que hiciste le dices inconsientemente que es malo estar solo y le formas miedo a la soledad un dia ese niño llega de la escuela y te cuenta que el estaba participando en la calce pero que se equivoco en la respuesta y que haces le dices como eres tonto mejor ni hables que haces lo mandas que calle que le de miedo hablar y asi te puedo poner miles de ejemplos pero ahora es contra ti te as preguntado de donde vienen tus miedos, que te paso cuando eras un niño analisate y no cometas el mismo error no eduques como te educaron no hagas una sociedad futura temeroza forma mentalidades positivas da livertad en lugar de reprimir da seguridad apoya a tus hijos exorta mas no regañes no los conviertas en unos fracazados dales amor y date amor no te das cuenta que el miedo no existe que el miedo es aquel que te puede convertir en un fracazado el miedo es aquello que te dice no lo hagas fracazaras , no hables te callaran , no disfrutes te despojaran ,ese no, no, no, no lo permitas no dejes que ese sentimiento se apodere de ti rechazalo no lo hagas tuyo no te escondas en tu rincon no escuches esa voz date valor
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Etiquetas: miedo
sábado, 14 de febrero de 2009
REGLAS DE EXITO 10
A partir de hoy, uno debe tratar a todas las personas que encuentre, sean amigas o enemigas, conocidas o extrañas, como si fueran a morirse a medianoche. No importa qué tan trivial sea el contacto, Hay que brindar a cada persona toda la atención, amabilidad comprensión y afecto que uno pueda mostrar, y hay que hacerlo sin pensar en ninguna recompensa. Su vida nunca volverá a ser igual.
Al igual que las reglas de cualquier juego, todas las reglas de la vida se relacionan entre sí.
Cuando se siguen las indicaciones de una regla, ésta lo llevará a la siguiente y así sucesivamente, pero ahora uno está comenzando a jugar el juego de la vida como debe jugarse. Vivir cada día como si fuera el único que uno va a tener es, de hecho, uno de los principios supremos para una existencia dichosa y con éxito. Sin embargo, he aquí una regla asociada que es exactamente igual de poderosa y productiva pero que, a diferencia de la otra, muy poca gente la conoce.
Mientras se vive cada día como si fuera el único que se va a tener, hay que comenzar a tratar a todos los que encuentre - su familia, vecinos, compañeros de trabajo, los desconocidos, los clientes, incluso los enemigos, si se tienen - como si de cada una de esas personas se conociera un secreto profundo y oscuro: ¡que todos están viviendo también su último día en este mundo y morirán a media noche!
Ahora bien, amigo lector, ¿cómo se imagina que trataría a todos los que encuentre el día de hoy si supiera que se van a ir para siempre cuando acabe el día? Usted lo sabe. Con más consideración, atención, ternura y afecto de lo que nunca antes les haya brindado. ¿Y cómo se imagina que reaccionará ante su amabilidad? Por supuesto. Con más consideración, amabilidad, cooperación y afecto de lo que usted haya recibido de otras personas en el pasado. Siga haciendo lo mismo, día tras día, ¿Y cómo se imagina que será su futuro, si lo llenó con ese tipo de amor desinteresado? Ya está sonriendo. Usted conoce la respuesta, amigo lector.
Hace años, cuando se enviaba a los autores a un recorrido publicitario para hacer la promoción de sus libros en la radio, la televisión y la prensa, lo hacían más por su cuenta, a diferencia de lo que ocurre hoy en día cuando literalmente son llevados de la mano de ciudad en ciudad y de entrevista en entrevista, por representantes de la editorial en cada ciudad. En esos "viejos tiempos", nuestros editores enviaban por correo boletos de avión más las reservaciones de hotel y un programa de nuestras presentaciones de cada ciudad. Era entonces responsabilidad del autor trasladarse a los aeropuertos y hoteles y tomar taxis para ir de una entrevista a la siguiente. Si uno tenía siete u ocho compromisos al día, lo cual no era desusado, y las entrevistas se repartían en el tiempo y la distancia, como ocurría en Los Ángeles, se volvía un desafío supero a la propia resistencia y agilidad el simple hecho de llegar a tiempo de una cita a la siguiente.
Este día memorable sucedió en Nashville hace varios años, cuando realizaba un recorrido. Un joven chofer negro me llevó desde mi hotel hasta la estación de televisión WSM donde me iba a presentar en The Noon Show. Como el viaje tomaba algo de tiempo, comenzamos a conversar, y el conductor, cuyo nombre me lo aprendí, era Raymond Bright, parecía fascinado por el hecho de que su pasajero iba a salir en televisión.
Mi programa impreso tan detallado me informaba que este programa se transmitía en vivo, con público en el estudio, y que tenía un formato muy similar al de The Tonight Show, incluso contaba, con su propia banda y tal vez uno o dos cantantes. Mientras nos aproximábamos al hermoso edificio, mi taxista dejo en voz alta:
-¡Esa de allí es la mejor estación del Nashville!Tal vez se debió a que la regla de tratar a los demás con afecto y atención como si fueran a morir a medianoche, seguía estando fresca en mi mente ya que la había mencionado extensamente en varios programas el día anterior, el hecho es que, cuando le estaba pagando a Ray, le pregunté impulsivamente:
-¿Alguna vez ha visto como se hace un programa de televisión?
- No, señor.
- Pues bien... si dispone usted de una hora o algo así, y está bien que me cobre la espera,
¿por qué no entra conmigo para que me vea hacer el tonto?
Me miró con ojos de asombro:
-¿De veras?
- Claro, y luego que termine, me puede llevar al centro, a la librería Cokesbury, donde voy a firmar autógrafos a la una y media.
De un salto, Raymond subió de nuevo en su taxi, levantó la banderilla amarilla de taxímetro, lo que significaba que no me estaba cobrando nada, y volvió a salir. Dentro de la estación, le presenté mi nuevo amigo a un sorprendido Teddy Bart, el conductor del programa y a Elaine Ganick, la productora, quienes nos condujeron al estudio iluminado donde la banda ya estaba afinando. Ray fue llevado a un asiento en primera fila, y mientras yo salía a ponerme de acuerdo con Teddy y Elaine sobre qué era lo que íbamos a conversar, el taxista veía admirado a la banda que repasaba sus números mientras las cámaras de televisión y los micrófonos pasaban de un lado a otro en un ensayo final.
Cuando terminó el programa, nos fuimos a toda prisa a la librería del centro. Después de esto, le dije a Ray que me estaba muriendo de hambre y me llevó a almorzar a lo que denominó "mi sección de la ciudad", y aunque yo era el único blanco en ese sitio, las hamburguesas fueron las mejores que he comido. Cuando llegó el momento de pagar, empecé a buscar mi cartera pero un brazo fuerte me lo impidió. Ray iba a pagar, y no había más que decir. Nada de discusión. Me llevó a otros dos programas de radio, me esperó, me llevó de regreso al hotel a recoger mis cosas y luego me transportó al aeropuerto.
En el camino, mientras comenzaba a dormitarme en el asiento trasero, escuché su voz
profunda:
- Señor (para entonces me llamaba como me habían estado llamado antes los conductores de los programas de radio)... Señor , nunca voy a olvidar este día mientras viva.
- Por qué, Ray?
- Porque hoy, por primera vez en mi vida, me siento importante.
En todo el camino al aeropuerto, una que otra vez veía esos grandes ojos marrón que se me quedaban viendo por el espejo retrovisor y lo oía repetir, una y otra vez: ¡Usted me hizo sentir importante! En el aeropuerto, Ray saltó del taxi y llevó mis maletas al sitio donde se registra el equipaje.
Luego le pagué y se me acercó y me abrazó - lo que sorprendió a unos cuantos mirones mientras gruesas lágrimas le corrían por las mejillas.
- Lo amo, señor
- murmuró.
- Y yo a usted también, Ray
- repuse con voz ronca.Muerto a media noche. Una visión que procede a una nueva forma de tratar a todos los que uno encuentra. Realmente es fácil de hacer y lo que uno recibe en retribución puede cambiar su vida para siempre ¡Inténtelo, amigo lector!
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Etiquetas: REGLAS DE EXITO
viernes, 13 de febrero de 2009
COMPROMISOS DE EXITO 2
Ya soy una persona diferente y mejor.
Apenas han transcurrido unos cuantos días desde que inicié una nueva
existencia con la ayuda de estos pergaminos, pero ahora experimento una
extraña y poderosa emoción en lo más profundo de mi corazón, un sentimiento
de una nueva esperanza que casi había desaparecido con el paso de los años.
Al fin he sido rescatado de mi lecho de desesperación y doy las gracias por
ello. Con las palabras de la primera promesa del éxito aún frescas en mis
labios, ya he multiplicado mi propia valía ante mis ojos y tengo la
seguridad de que este nuevo evalúo de mi persona, con el tiempo será
adoptado por el mundo exterior. Ahora conozco una gran verdad. La única
etiqueta de precio válida es la que nos asignamos nosotros mismos. Si nos
ponemos un precio demasiado bajo, el mundo lo aceptará; pero si nos
asignamos el mejor precio, el mundo también aceptará de buen grado ese avalúo.
Te doy gracias, Dios mío, por depositar en mis manos estos valiosos
pergaminos. Me encuentro en un momento crucial de mi vida y no debo
alejarme, ni lo haré, de este desafío como me he alejado de otros en el pasado.
Ahora sé que en la peregrinación de todos, a lo largo de esta vida, siempre
hay lugares sagrados en donde podemos sentirnos afines con lo divino; en donde
los cielos parecen descender sobre nuestras cabezas y los ángeles llegan a
auxiliarnos. Son los lugares de sacrificio, las áreas en donde se unen lo
mortal y lo inmortal, las tierras del juicio en donde se libran las grandes
batallas de nuestra propia vida. Mis derrotas del pasado ya están casi
olvidadas, incluso el dolor y la abrumadora angustia. Y seré muy feliz en
los años por venir, si logro mirar hacia atrás recordando este momento tan
especial, a sabiendas de que aquí pude saborear al fin la victoria.
Pero antes que nada debo aprender la segunda promesa de éxito,
y ponerla en práctica:
Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta.
En el pasado, el hecho de tener metas, ya fuesen grandes o pequeñas, me
parecía que no era otra cosa que una tonta práctica, puesto que tenía tan
poca fe en mis capacidades. ¿Para qué tener metas pequeñas e
insignificantes, me decía a mi mismo, simplemente para satisfacer mis
humildes talentos? ¿Qué diferencia podía significar todo eso en el esquema
de las cosas?
Y así, cada día salía sin rumbo por el mundo, sin timón y sin destino fijo,
con la esperanza de sobrevivir hasta la hora de la puesta del sol,
asegurándome, falsamente, a mí mismo que sólo esperaba el momento adecuado,
o que cambiara mi suerte, sin creer, no obstante, ni por un momento, que
algo en mi futuro sería diferente de lo que había sido en mi pasado.
Es fácil ir a la deriva de un día a otro. No se requiere ninguna habilidad,
ningún esfuerzo y ningún dolor. Por otra parte, nunca es fácil fijarse
metas para un día o para una semana, y alcanzar esos objetivos. Mañana
comenzaré me decía día tras otro. En aquel entonces no sabía que el mañana
sólo se encuentra en el calendario de los tontos. Ciego ante mis propias
faltas, desperdiciaba mi vida deliberando todo hasta que ya fuese demasiado
tarde, de no ser por estos pergaminos. Hay una inconmensurable distancia
entre tarde y demasiado tarde.
Nunca jamás volveré a saludar el amanecer sin una meta.
He estado viviendo en el callejón de los tontos. Tener siempre la intención
de llevar una mejor vida nueva, pero sin jamás encontrar el tiempo para
dedicarse a ello, es como si pospusiera la comida, la bebida y el sueño de
un día para el siguiente, hasta morir. Durante muchos años estuve
convencido, lo mismo que tantos otros, de que las únicas metas que valían
la pena eran las principescas metas con abundantes recompensas en oro, fama
y poder. ¡Qué equivocado estaba! Ahora sé que el hombre sabio nunca se fija
metas de inmensas proporciones. Ahora todos los planes de gigantesca
magnitud los califica de sueños, abrigándolos muy cerca de su corazón en
donde los demás no puedan verlos y mofarse de ellos. Después saluda cada
amanecer fijándose metas sólo para ese día, asegurándose de que todo lo que
planeó haya quedado terminado antes de irse a dormir.
Muy pronto, los logros de cada día se van reuniendo, uno encima del otro,
en la misma forma en que la hormiga amontona sus granos de arena y con el
tiempo se ha erigido un castillo lo bastante grande para albergar cualquier
sueño. En verdad, todo esto no sea difícil de lograr un vez que haya
frenado mi impaciencia, enfrentándome a la vida un día a la vez.
Puedo hacerlo. Lo haré.
Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta.
Se ha ganado la mitad de la victoria del éxito una vez que se ha adquirido
el hábito de fijarse metas y alcanzarlas. Incluso la labor más tediosa se
hace soportable si yo marcho a lo largo de cada día convencido de que cada
tarea, no importa lo humilde o tediosa que sea, me acerca varios paso a la
realización de mis sueños. Qué forma tan agradable de seguir adelante con
mi vida, ya que si la mañana no me ofreciera ninguna nueva alegría, a
medida que cumplo con las metas que me he fijado para ese día, o si la
noche no me brindara nuevos placeres por cumplir con mis metas, ni siquiera
valdría la pena vestirme y desvestirme.
La vida, ahora estoy convencido de ello, puede ser tan gozosa como un juego
de niños cuando despertamos con la esperanza de que nos aguarda una senda
marcada con toda claridad.
Ahora ya sé en qué punto me encuentro.
Y también sé hacia dónde quiero que me conduzcan mis metas.
Para ir de aquí hacia allá, no necesito conocer todos los giros y recodos
de mi viaje en este preciso momento. Lo más importante es que he adoptado
las enseñanzas del primer pergamino y del segundo, y que ahora ya no miraré
hacia atrás en dirección a ese desconsolador pasado, cuando los días no
tenían ni principio ni fin y yo me encontraba perdido en medio de un
desierto de frivolidad, sin esperar nada en el futuro, como no fuesen la
muerte y el fracaso.
¡Mañana me fijaré metas! ¡Al día siguiente! ¡Y también al siguiente!
Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta!
Alguna vez malbaraté mi vida, cambiándola por un centavo y la vida no quiso
pagarme más, pero ahora ya han terminado los días en que trabajaba por el
salario de un esclavo. Ahora sé que cualquier salario que le hubiese
exigido al a vida, la vida me lo habría pagado de muy buen grado.
Los rayos del sol no brillan por encima de mi cabeza para que yo pueda
reflexionar con tristeza en el ayer. El pasado ha quedado sepultado y yo
estuve a punto de permitir que me sepultaran junto con él. Ya no derramaré
más lágrimas. Que los rayos de sol puedan brillar sobre las promesas del
mañana... y sobre mi cabeza.
Nunca jamás volveré a saludar al amanecer sin una meta!
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miércoles, 11 de febrero de 2009
MANDAMIENTOS DE EXITO 8
¡Cuán diferente eres ahora del niño que fuiste! Llegaste a este mundo sin
nada, pero con los años te has ido sobrecargando con tanto equipaje pesado
en nombre de la seguridad, que tu viaje por la vida se ha convertido en un
castigo en vez de placer.
Aligera tu carga a partir de hoy.
Comprende que el verdadero mérito del hombre se mide por los objetos que
rehusa perseguir o adquirir. Las grandes bendiciones de la vida ya están dentro
de ti o a tu alcance.
Abre los ojos a la verdad antes de que tropieces precisamente con los
tesoros que tanto buscas. El amor, la paz de espíritu y la felicidad, son
joyas que ningún tipo de fortuna, ninguna cantidad de tierras o monedas,
pueden exaltar o desperdiciar.
¿Qué recompensa hay en el oro, las sedas y los palacios si su posesión
destruye la felicidad que tan ciegamente diste por sentada? La mayor
falsedad del mundo es que el dinero y las propiedades del mundo pueden
llenar de gozo tu vida. Si la riqueza se convierte en parte de tu equipaje,
te empobrecerás, porque entonces no serás más que un asno cuyo lomo se
dobla bajo el peso del oro que debes soportar hasta que la muerte aligere
tu carga.
De todos los bienes materiales innecesarios que abrazas, de todos los
placeres que gozas, no te podrás llevar de este mundo más de lo que puedes
sacar de un sueño. Admite la riqueza de mala gana en tu hogar, pero nunca
en tu corazón.Y no le envidies a ningún hombre sus grandes posesiones. Su equipaje sería
demasiado pesado para ti, como ya lo es para él. Tú no podrías sacrificar,
como él, salud, paz, honor, amor, tranquilidad y conciencia para obtenerlas.
El precio es tan alto que, al final, el trueque se convierte en una gran pérdida.
Simplifica tu vida. Es más aquel que se contenta con menos.
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viernes, 6 de febrero de 2009
COMPROMISO DE EXITO
Nací para triunfar, no para inclinar mi cabeza en señal de derrota.
Nací para saborear las victorias y brindar por ellas, no para gemir y lamentarme.
¿Qué es lo que me ha sucedido? ¿En qué momento todos mis sueños se desvanecieron
en una grisácea mediocridad, en la cual las personas promedio se aplauden unas
a otras como si fuesen seres sobresalientes?
Ninguna persona ha sido jamás tan engañada por otra, como por sí misma. El
cobarde está convencido de que solo está actuando con cautela, y el avaro
piensa que esta practicando la frugalidad. No hay nada que resulte tan
sencillo como engañarse uno mismo. puesto que siempre es fácil creer lo que
queremos. Nadie, en toda mi vida, me ha engañado tanto como yo me he
engañado a mi mismo.
¿Por qué siempre trato de ocultar mis pequeños logros bajo un manto de
palabras que toman a la ligera mi trabajo, o que ofrecen disculpas por mi
falta de capacidad? Y lo peor de todos es que he llegado a creer en mis
propias excusas, a tal grado que gustosamente estoy dispuesto a vender mis
días a cambio de unos centavos, mientras me consuelo pensando que las cosas
podrían ser peores.
¡Pero ya no lo haré más!
Ha llegado el momento de estudiar el reflejo en mi espejo, hasta que sea
capaz de reconocer que el enemigo más poderoso que tengo... soy yo mismo.
Al fin, en este momento pleno de magia con mi primer pergamino, el velo que
me hacía engañarme a mí mismo empieza a apartarse de mis ojos.
Ahora se que en el mundo hay y tres clases de personas. Las primeras
aprenden de su propia experiencia... son las sabias. Las segundas aprenden
de la experiencia de los demás... son las felices. Las terceras no aprenden
de sus propia experiencia ni de la experiencia de los demás... son las necias.
Yo no soy necio. De aquí en adelante me sostendré sobre mis propios pies,
arrojando para siempre a un lado mis terribles muletas de autocompasión y
desprecio hacia mi mismo.
Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme.
Que tonto era cuando estaba de pie, desesperado, a un lado del camino,
envidiando a la gente de éxito y a los opulentos que desafilaban frente a
mí. ¿Acaso todas esas personas se han visto bendecidas con habilidades
únicas, rara inteligencia, valor heroico, ambición constante y otras
cualidades sobresalientes que yo no poseo? ¿Se les ha asignado un mayor
número de horas cada día, durante las cuales puedan desempeñar sus
extraordinarias tareas?
¿Poseen tal vez corazones llenos de compasión y almas desbordantes de amor,
diferentes del mío? ¡No! Dios nunca juega a los favoritos. Todos fuimos
modelados del mimo barro.
Ahora también se que la tristeza y los reveses que he sufrido en mi vida no
los he sufrido únicamente yo. Incluso los más sabios y los triunfadores de
nuestro mundo padecen etapas de abrumadora angustia y de fracaso, pero
ellos, a diferencia mía, han aprendido que no hay paz sin problemas,
descanso sin esfuerzo, risas sin pesadumbres, ni victorias sin luchas y que
es el precio que todos debemos pagar por vivir. Hubo una época en la cual
yo pagué ese precio fácilmente y de buen grado, pero las constantes
decepciones y derrotas primero desgastaron mi confianza y después mi valor,
en la misma forma en que las gotas de agua, con el tiempo, destruyen el
granito más resistente. Ahora todo eso ha quedado tras de mí.
Ya no soy uno de esos muertos en vida, permaneciendo siempre bajo la sombra
de los demás y ocultándome detrás de mis lamentables excusas y disculpas,
mientras los años se consumen.
Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme.
Ahora sé que la paciencia y el tiempo pueden lograr todavía más que la fuerza y
la pasión.
Los años de frustración ya están listos para cosecharse. Todo lo que he
podido lograr, y todo lo que espero lograr, lo he podido hacer y lo seguiré
haciendo, mediante ese proceso asiduo, paciente y perseverante gracias al
cual se construye un hormiguero, partícula por partícula, pensamiento por
pensamiento, paso a paso.
El éxito, cuando llega, de la noche a la mañana, a menudo desaparece la
rayar el alba. Ahora estoy preparado para vivir toda una vida de felicidad,
porque al fin he reconocido un poderoso secreto que permaneció oculto
durante esos años que me trataron con tanta dureza. En cierto sentido, el
fracaso es el camino que conduce al éxito, en la misma forma en que todo
descubrimiento que hacemos de lo que es falso nos lleva a buscar con afán
lo que es verdadero, y en que cada nueva experiencia nos señala alguna
forma de error que en lo sucesivo evitaremos con sumo cuidado. El sendero
que recorrí, a menudo humedecido con mis lágrimas, no ha sido una jornada
desperdiciada.
Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme.
Te doy gracias, Dios mío, por jugar tu juego conmigo el día de hoy y por
depositar en mis manos estos valiosos pergaminos. Me encontraba en el
momento del reflujo de mi vida, pero debí saber que en ese momento mismo es
cuando siempre cambia la marea.
Ya no contemplaré con tristeza el pasado. Jamás volverá. En vez de ello,
con ayuda de estos pergaminos, moldearé el presente porque me pertenece, y
seguiré, sin temor, sin dudas, y sin desesperación.
Fui creado a imagen de Dios. No hay nada que no pueda lograr si lo intento.
Nunca jamás volveré a compadecerme de mí mismo ni a menospreciarme.
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jueves, 5 de febrero de 2009
MANDAMIENTOS DE EXITO 4
Comprende que ninguna condición es permanente. En tu vida existen
estaciones del mismo modo como existen en la naturaleza. Ninguna situación
a la que te enfrentes, buena o mala, será duradera.
No hagas planes que abarquen más de un año. Todo depende de cómo se
enfrente uno a los inesperados movimientos del enemigo, que no pueden
preverse, y de cómo se maneje todo el asunto.
Tu enemigo, si no estás preparado, pueden ser los ciclos de la vida, estos
ritmos misteriosos de altibajos que, como las grandes olas, se alzan y caen
en las playas del mundo. La marea alta y la baja, la salida del sol y el
crepúsculo, la riqueza y la pobreza, el placer y la desesperación, cada una
de esas fuerzas prevalecerá en su momento.
Compadécete del hombre rico que viaja en la marea alta de lo que parece una
cadena interminable de grandes logros. Cuando la calamidad le golpea, sale mal
preparado y se arruina. Vive siempre preparado para lo peor.
Compadece al pobre, hundido en la marea baja de un fracaso tras otro, de
una tristeza tras otra. A la larga deja de esforzarte, precisamente cuando
la marea cambia y el éxito viene a su encuentro. Nunca dejes de esforzarte.
Ten siempre fe en que las condiciones cambiarán. Aunque en tu corazón haya
un gran peso, tengas el cuerpo lacerado y la bolsa vacía y no haya nadie
que te consuele... persevera. Del mismo modo que sabes que el sol volverá a
aparecer, tu período de desgracia debe tener un final. Siempre he sido así
y siempre será.
Y si tu trabajo y tu paciencia y tus planes te han dado buena fortuna,
busca a aquellos cuya marea es baja y levántalos. Prepárate para el futuro.
Puede llegar el día en que lo que tú hayas hecho por otro, lo hagan por ti.
Recuerda que nada es permanente, pero, sobre todo, atesora el amor que
recibes. Este sobrevivirá mucho después que tu oro y tu buena salud se hayan
desvanecido.
Y considera que puedes perder hasta ese amor, pasado un tiempo, a sabiendas
que un día os reuniréis para toda la eternidad en un lugar donde no hay
ciclos, no hay altibajos, no hay dolor ni pesadumbre y, sobre todo, no hay
fracasos.
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miércoles, 4 de febrero de 2009
REGLAS DE EXITO 8
Uno nunca debe llenar sus días ni sus noches con tantas nimiedades y cosas insignificantes como para no tener tiempo de aceptar un verdadero reto cuando éste se presente. Esto es válido tanto para el juego como para el trabajo. Un día meramente sobrevivido no es ocasión de festejo. Uno no está aquí para desperdiciar sus preciosas horas, Cuando tiene la capacidad de lograr tanto si hace una pequeña modificación en su rutina. Ya no hay que ocuparse en nimiedades. Ya no hay que volverle la cara al éxito. Hay que
darse tiempo y espacio para crecer. Ahora, ¡Ahora mismo! ¡No mañana!
Es posible que usted, lector, conozca a este tipo de persona. Tal vez hasta sea usted así. Si es así, me da gusto que haya acudido a mí.
Esa persona está siempre ocupada, siempre tiene más proyectos, reuniones y diligencias de los que se pueden manejar, y siempre está en una loca carrera de un lado a otro en un intento - intento, nada más - por adelantarse a los acontecimientos. Lo que este tipo de gente hace constituye un esfuerzo, inconsciente pero muy eficaz, para evitar el éxito. Claro que están ocupadas - en cualquiera de esas faenas y tareas insignificantes que pueden encontrar para hacer, de tal manera que si alguna vez se les presenta un verdadero reto, algo que en verdad pudieras significar mucho para sus vidas y su bienestar, les es muy fácil responder siempre que lo lamentan pero están demasiado ocupadas en este preciso momento y no pueden atender otra cosa.
¿Le suena conocido? Espero que usted, amigo lector, no haya estado esforzándose inconscientemente por fracasar manteniéndose "muy ocupado" en cosas que de nada le servirán, aparte de que lo mantengan en ese largo camino trillado. Si le sirve de consuelo, hay muchos que están en esa situación. Sabe usted que se necesita tanta energía para fracasar como la que se necesita para triunfar, y por eso es que tenemos tanta gente activa y ocupada que no logra entender por qué no está ocurriéndole nada en su vida.
En el caso de que usted piense que podría estar en esa categoría, tal vez está usted haciendo lo que hace porque alguien oprimió su "interruptor de eliminación" hace años. Sí, su "interruptor de eliminación". Hacer años iba a hacer un libro sobre este tema, pero ésta es la primera vez que lo menciono en letras impresas.
Una vez adquirí un convertible muy costoso, y obviamente el vendedor me persuadió de que no debía sacar ese vehículo tan caro a la calle ni estacionarlo en ningún estacionamiento público sin instalarle antes una alarma contra robos que inmediatamente haría sonar una fuerte y penetrante sirena si alguien trataba de abrir por la fuerza mi joya, conectar el encendido y llevarse el convertible. Por su puesto que accedí.
Una mañana, retrasado por una cita, entré como un rayo a la cochera, puse la llave de encendido, la giré... pero no pasó nada. Ni siquiera un quejido. Nada. ¿Estaría totalmente descargado el acumulador? No era creíble. Encendí la radio. Funcionó a todo volumen. puce un cd de Rene Gonzales y . Excelente fidelidad. Encendí los limpiaparabrisas. Dos chorros de agua saltaron desde aperturas ocultas y los limpiadores se movieron de un lado para otro en perfecta sincronía. Frustrado y molesto, entré a toda prisa en la casa y llamé al tipo que instalo la alarma de mi taxi.
- Instalamos una alarma en esa joya, ¿ verdad?
- Entonces probablemente oprimiste por accidente el "interruptor de eliminación".
-¿El "interruptor de eliminación?
- Si, es un aditamento de los sistemas de alarma contra robos más complejos. ¿No te lo
explicaron cuando hicieron la instalación?
Cada vez me enfurecía más. - Con toda seguridad recordaría si alguien hubiera hablado de poner un "interruptor de seguridad" en mi automóvil. ¿Qué es y dónde está?
- Es parte del sistema de alarma. Una vez que te bajas del automóvil y lo cierras con llave, pones otra llave en la cerradura que instalaron en el guardafangos y le das vueltas, ¿verdad?
Ese pone en funcionamiento la alarma, de tal manera que si alguien intenta forzar una puerta o rompe una de las ventanas se dispara la alarma.
- Así es.
- Pues bien, el "interruptor de eliminación" es un grado adicional de protección. En algún lado del interior del automóvil, generalmente abajo del tablero o debajo de la alfombra, se instaló otro pequeño interruptor. Si antes de salir del automóvil lo oprimes y luego cierras con llave y pones a funcionar la alarma, estás verdaderamente protegido contra el robo.
Incluso si alguien logra abrirlo y es lo suficientemente tonto como para intentar ponerlo en marcha mientras la alarma está sonando, no lo logrará porque una vez que oprimiste el "interruptor de eliminación", se corta toda corriente del acumulador al arranque. El automóvil no puede moverse.
Regresé a la cochera, pero no pude localizar mi "interruptor de eliminación", y en menos de una hora, el istalador estaba en mi casa. Por supuesto que lo encontró casi inmediatamente, debajo de la alfombra delantera del lado del conductor. Sí, el interruptor estaba oprimido. Probablemente lo había hecho yo con el pie, por accidente, pero no pude seguir molesto, no conmigo mismo, ya que el incidente me proporcionó una invaluable analogía que se relacionaba con muchos seres humanos que conocía y me ha sido de gran valor cuando trato de convencer a alguien de que está desperdiciando mucho tiempo en un trabajo en el que se "ocupa" mucho pero sin consecuencia para su vida.
Como puede usted ver, realmente mi automóvil actuó de manera bastante normal cuando di vuelta la llave de encendido. Se encendieron las luces, funcionó la radio, los limpiaparabrisas se movieron de un lado a otro. Un automóvil muy pero muy ocupado. Como mucha gente que conozco. Sólo hubo un problema. Esa máquina no pudo moverse ni siquiera un centímetro hacia adelante a pesar de toda su actividad, porque yo había oprimido sin darme cuenta su "interruptor de eliminación".
Todos tenemos nuestros propios "interruptores de eliminación" . Tal vez cuando éramos pequeños, alguien, incluso uno de los padres u otro adulto a quien respetábamos, o el cónyuge cuando ya éramos mayores, nos haya dicho un día, en un arranque de ira, que nunca valdríamos gran cosa. ¡Zas! ¡Eso bastó! Sin darse cuenta y sin pensarlo, oprimieron nuestro interruptor, y nos hemos pasado todos estos años trabajando muy duro con el fin de que su profecía se cumpliera, sin comprender siquiera la motivación e nuestras acciones.
Claro que estamos "ocupados", pero al igual que mi convertible, no vamos a ninguna parte. Y no entendemos por qué. ¡Qué lástima!Hay que agacharse a desconectar ese "interruptor de eliminación ahora que usted, amigo lector, sabe que tiene uno. Ya no hay que "ocuparse" en cosas sin importancia. Hay que dejar de ocultarse detrás de todas esas tareas intranscendentes. Hay una mejor forma de vivir
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Tercer mandamiento de exito
Has aprendido que nunca podrás tener éxito sin trabajar duramente, sin la
debida paciencia.
Pero uno puede trabajar con diligencia, ser más paciente que Job y, aun
así, no elevarse jamás sobre la mediocridad a menos que se tracen planes y
se establezcan objetivos.
Nunca una nave ha levado anclas y extendido sus velas sin tener un destino.
Nunca ejército alguno ha emprendido la marcha para combatir sin un plan
para obtener la victoria. Ningún olivo ha exhibido jamás sus flores sin la
promesa del fruto por venir.
Es imposible avanzar apropiadamente en la vida sin objetivos.
La vida es un juego con pocos jugadores y muchos espectadores. Los que
miran son las hordas que vagan por la vida sin sueños, sin objetivos, sin planes
ni siquiera para el día siguiente. No los compadezcas. Eligieron ya cuando no
eligieron nada. El mirar las carreras desde las tribunas no ofrece peligro.
¿Quién puede tropezar, quién puede caer, de quién se pueden burlar si no
hacen ningún esfuerzo por participar?
¿Eres jugador? Como jugador no puedes perder. Los que triunfan pueden
llevarse los frutos de la victoria, pero los que hoy han sido derrotados
han aprendido lecciones valiosísimas que mañana pueden inclinar las cosas a
su favor.
¿Qué deseas de la vida? Considéralo durante un tiempo y mucho antes de que
decidas, porque puedes obtener lo que pretendes. ¿Se trata de riqueza, poder,
un hogar lleno de amor, tranquilidad de espíritu, tierras, respeto, posición?
Sean cuales sean tus objetivos, grábatelos en la mente y nunca los olvides.
Comprende que aun eso puede no ser suficiente, porque la vida es injusta.
No todos los que trabajan duro y con paciencia y se fijan objetivos,
alcanzan el éxito. Sin embargo, sin ninguno de esos tres atributos, el
fracaso es algo seguro.
Date a ti mismo todas las probabilidades de triunfar. Y, si fracasas,
¡fracasas luchando!
Traza tus planes hoy mismo. Pregúntate dónde estarás de aquí a un año, si
todavía vas a estar haciendo lo mismo que estás haciendo ahora. Luego
decide dónde preferirías estar en términos de riqueza, posición o cualquier
otra cosa que sea tu sueño. En seguida, planea lo que tienes que hacer en
los próximos doce meses para alcanzar tu objetivo.
Y, finalmente, ¡hazlo!
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domingo, 1 de febrero de 2009
LECTURA PARA LÍDERES
Se cuenta que en el Siglo pasado,
un Turista Americano fue a la Ciudad de El Cairo, Egipto,
con la finalidad de visitar a un famoso Sabio.
El Turista se sorprendió al ver que el Sabio vivía
en un cuartito muy simple y lleno de libros.
Las únicas piezas de mobiliario eran
una cama, una mesa y un banco.
¿Dónde están sus muebles? preguntó el Turista.
Y el Sabio, rápidamente, también preguntó:
¿Y dónde están los suyos...?
¿Los míos?, se sorprendió el Turista.
¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
Yo también... concluyó el Sabio.
'La vida en la tierra es solamente temporal...
sin embargo,
algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente
y se olvidan de ser felices'.
'El valor de las cosas y los momentos
no está en el tiempo que duran,
sino en la intensidad con que se viven.
Por eso existen momentos maravillosos, inolvidables,
cosas inexplicables y personas incomparables.'
1. Dios no te preguntará qué modelo de auto usabas;
te preguntará a cuánta gente ayudaste.
2. Dios no te preguntará los metros cuadrados de tu casa;
te preguntará a cuánta gente recibiste en ella.
3. Dios no te preguntará la marca de la ropa en tu armario;
te preguntará a cuántos ayudaste a vestirse.
4. Dios no te preguntará cuán alto era tu sueldo;
te preguntará si vendiste tu conciencia para obtenerlo...
5. Dios no te preguntará cuál era tu título;
te preguntará si hiciste tu trabajo bien y con honestidad.
6. Dios no te preguntará cuántos amigos tenías;
te preguntará cuánta gente te consideraba su amigo.
7. Dios no te preguntará en qué vecindario vivías;
te preguntará cómo tratabas a tus vecinos.
8. A Dios no le importará el color de tu piel;
le interesará la pureza de tu alma...
9. Dios no te preguntará por qué tardaste tanto en buscar la Salvación ;
te llevará con amor a tu casa en el Cielo.
10. Dios no te preguntará a cuántas personas
enviaste este mensaje;
te preguntará si te dió vergüenza hacerlo.
Y POR ULTIMO DIOS ME PIDIO QUE TE DIJERA QUE:
Todo irá bien contigo a partir de HOY...
No importa cuánto se esfuercen tus enemigos en hacerte daño,
éste año no lo conseguirán...
porque éste año lograrás convertir en realidad
todos tus sueños!
Para los meses venideros se disiparán todas tus agonías
llegará para ti, la alegría, el triunfo, la prosperidad y la abundancia,
porque el que reina te ha recordado,
ÉL nunca te decepcionará, Él te ha elegido.
Esta mañana le pedí a Dios
que proteja y bendiga
a la persona que reciba éste mensaje.
comparte éste mensaje con tus familiares, amigos y amigas,
porque Dios es bueno y siempre está a tu lado
BENDICIENDO A LAS PERSONAS
QUE TÚ MAS QUIERES
.
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viernes, 30 de enero de 2009
PRIMER MANDAMIENTO DE EXITO
No fuiste creado para una vida de ociosidad. No puedes comer desde la
salida del sol hasta el ocaso, ni beber, ni jugar, ni hacer el amor. El
trabajo no es un enemigo, sino tu amigo. Si te cerraran el camino del
esfuerzo caerías de rodillas y pedirías la muerte.
No necesitas amar las tareas que desempeñas. Hasta los reyes sueñan con
otras ocupaciones.
Sin embargo, debes trabajar y es cómo lo hagas, no lo que hagas, lo que
determinará el curso de tu vida. Ningún hombre que es descuidado con el
martillo construirá jamás un palacio.
Puedes trabajar de forma monótona o puedes hacerlo lleno de agradecimiento;
puedes trabajar como un ser humano o hacerlo como un animal. Aun así, no existe
ninguno tan degradante que no puedas infundirle alma, ninguno tan sombrío que no
puedas avivarlo.
Lleva a cabo siempre todo lo que se te pida, y más. Tu recompensa llegará.
Entiende que solo existe un método seguro de obtener el éxito y es por
medio del trabajo arduo. Si no estás dispuesto a pagar ese precio para
distinguirte, dispónte a llevar una vida de mediocridad y pobreza.
Compadece a los que te ofenden y te preguntan por qué haces tanto a cambio
de tan poco.
Los que dan menos, reciben menos.
Nunca caigas en la tentación de disminuir tus esfuerzos, aunque estés
trabajando para otro.
Tu éxito no es menor si alguien te está pagando por trabajar para ti mismo.
Haz siempre el máximo esfuerzo; lo que plantes ahora lo cosecharás más tarde.
Siéntete agradecido por las tareas y por lo que éstas te exigen. Si no fuera por tu trabajo, sin que importe cuán desagradable te parezca, no podrías comer tanto, ni disfrutar tanto, ni dormir tan profundo, ni estar
tan sano, ni gozar de las sonrisas de gratitud de los que te aman por lo que eres, no por lo que haces.
Og Mandino
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martes, 27 de enero de 2009
lunes, 26 de enero de 2009
Una mejor manera de vivir (5)
Hay que levantar este día sobre una base de pensamientos agradables. Uno no debe preocuparse nunca por ninguna imperfección que uno tema que pueda impedir su progreso. Hay que recordar, tan seguido como sea
necesario que uno es hijo de Dios y que tiene el poder de alcanzar cualquier sueño si eleva sus pensamientos. Es posible velar cuando uno decide que puede hacerlo. No hay que volver a considerarse derrotado. Hay que dejar que lo que el corazón ambiciona sea el proyecto de la propia vida. ¡Hay que sonreír!
Desde el principio de los tiempos, los hombres sabios nos han estado diciendo que todo lo que logramos, o no logramos, es consecuencia directa de lo que esperamos de nuestras capacidades, nuestro valor y nuestro potencial.
James Allen nos dijo que los pensamientos dan buenos frutos y los malos pensamientos dan malos frutos.
Marco Aurelio, ese sabio emperador y filósofo de la antigua Roma, nos dijo que nuestra vida es lo que de ella hacen nuestros pensamientos. Buena o mala. Desdichada o feliz. Triunfante o desesperada.
Buda lo dijo de una manera todavía más enérgica: ‘Todo lo que conocemos es consecuencia de lo que hemos pensado. La mente es todo. Nos convertiremos en lo que pensamos.
No importa como se quiera llamarlo, los pensamientos positivos son productivos, los pensamientos negativos estorban y destruyen.
Si uno les cree a esos hombres tan sabios, sabe que si uno se humilla a sí mismo y menosprecia su talento, está condenado al fracaso. Cuando uno menosprecia su capacidad, sus antecedentes o sus conocimientos, al poco tiempo el mundo estará de acuerdo con esa evaluación y enfrentará un triste futuro que no se merece. ¡Basta! Ya no más actitudes negativas en la manera de pensar o de actuar. Escúcheme bien, amigo lector. ¡Usted simplemente no sabe lo bueno que es! Sí, usted, el que está sentado allí compadeciéndose... se parece usted mucho a un pato que tenemos en nuestro patio.
Cuando Matt estaba apenas en secundaria, una tarde regreso a casa cargando una caja de zapatos con agujeros en la tapa. Lo que más me temía resulto ser cierto cuando removió la tapa. En su interior había un patito amarillo vivaracho y ruidoso. En la clase de biología, mi hijo y sus condiscípulos habían incubado el huevo y cuando el patito rompió el cascarón, lo cuidaron y alimentaron durante varias semanas, luego lo rifaron y mi hijo se ganó el pato - que, coincidimos Bette y yo, era precisamente lo que necesitábamos.
Un padre reacio y un hijo impaciente fueron a la maderería y compraron unos tablones y, allá en una esquina de nuestro patio cercado, Matt construyó para el pato una bonita casa que pintó de blanco. Luego, sobre el arco de la entrada, escribió a mano, en color rojo DISCO.
¡El pato se llamaba Disco! A continuación, en la ferretería compramos un rollo de alambre de gallinero de medio metro de ancho y armamos una especie de corral alrededor de la caseta para que el nuevo miembro de nuestra familia no anduviera vagando por allí y se perdiera.
Actualmente Disco lleva más de doce años con nosotros. Al crecer se convirtió en un ejemplar muy grande y hermoso y, por supuesto, como ahora Matt está casado y vive en otra parte, estoy seguro de que el lector ya se imaginará quién se encarga de cuidar y alimentar al animal.
Uno de los errores que cometimos, dentro de todo este asunto de Disco, fue construir su pequeña residencia y patio de juegos precisamente afuera de nuestra recámara. Últimamente, Disco se ha estado despertando antes de la salida del sol, comienza a graznar y no para, excepto unas cuantas veces, durante todo el santo día. ¡Y vaya que grazna fuerte! como antes nunca había actuado así, excepto para ahuyentar al gato del vecino, tanto Bette como yo concluimos que algo está molestándolo verdaderamente. El caso es que ya no es feliz.
Puede ser que la comida que le estoy dando no le guste, o quizá no le cambio con la suficiente frecuencia el agua de su pequeño chapoteador, o tal vez esté húmeda la paja de su caseta y haya que cambiarla o quitarla. ¿Quién sabe? He intentado todo para hacer que se sienta seguro y contento de nuevo, pero sigue graznando áspera y continuamente.
Como puede ver, amigo lector, Disco sí tiene un problema, y le apuesto que es el mimo que tiene usted. ¡Sí usted! Ni Disco ni usted tienen un sentido adecuado de su propia valía Disco no tiene la menor idea de que, si no está contento con las condiciones que hay en su vida, puede hacer más que sólo sentir lástima de sí mismo; tiene el poder de cambiar esas condiciones en vez de quejarse de ellas nada más. Si realmente Disco quiere cambiar las condiciones de su vida, puede hacerlo en el momento que lo decida. Es sencillo. Todo lo que tiene que hacer es levantar sus bellas alas, moverlas de arriba hacia abajo... e irse. Pero ya ve usted, el pobre Disco no sabe lo bueno que es. No sabe que puede volar... ¡y usted tampoco!
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viernes, 23 de enero de 2009
UNA MEJOR MANERA DE VIVIR
Uno debe premiar siempre sus largas horas de trabajo y afán de la mejor manera, rodeado de su familia. Hay que alimentar su amor con todo cuidado y recordar que los hijos necesitan modelos, no críticas, y el propio progreso se intensificará cuando uno se esfuerce constantemente por presentar el mejor aspecto de uno mismo a los hijos. e incluso si uno ha fallado en todo lo demás a los ojos del mundo, si se tiene una familia que lo ame, uno es un triunfador.
Frecuentemente se me pregunta sobre mis hijos, actualmente mayores de edad, y cómo los educamos, como si, debido a los libros que he escrito, debiéramos tener una fórmula mágica especial con la garantía de lograr el éxito en todo... incluso en la formación de ciudadanos del mañana brillantes, bien adaptados y felices. Sin olvidar jamás que el "otro Og Mandino" de hace muchos años perdió a su primera familia por su desconsideración y negligencia, actualmente siempre doy la misma respuesta...
Lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos es dedicarnos conscientemente a ser modelos de comportamiento para ellos. si uno les enseña una manera y luego actúa de manera contraria a sus palabras, pierde a sus hijos. Aparte de guiarlos con el ejemplo, no es mucho lo que podemos hacer por ellos excepto estar cerca para levantarlos cuando se caigan. No es demasiado pedir ¿verdad? En la pared frente al escritorio hay un breve poema escrito en caligrafía sobre pergamino blanco y enmarcado. Debajo de las palabras "Autor desconocido". Pegué, inmediatamente después de que nació, una pequeña foto de Matt. Tal vez el lector querría doblar esta página par volverla a leer en otras ocasiones.
Para cualquier padre que tenga un hijo pequeño
Son ojitos dirigidos a ti que te observan noche y día,
son orejitas que captan rápidamente todo lo que dices,
son manitas ansiosas por hacer todo lo que haces,
y es un niñito que sueña con el día en que se parecerá a ti.
Eres el ídolo del muchachito, el mayor de los sabios,
en su pequeña mente nunca surge la menor sospecha sobre ti,
cree en ti con devoción, sostiene que todo lo que dices y haces,
él lo hará y lo dirá a tu manera, cuando crezca,
al igual que tú, nada más.
Es un muchachito de grandes ojos
que crees que siempre tienes razón,
y sus oídos están siempre atentos
y te observa noche y día.
Cada día, en todo lo que haces,
sirves de ejemplo para el niñito
que espera con ansias crecer para parecerse a ti.
Hace varios años, justo antes de emprender un largo viaje para hacer promoción de uno de mis libros, había vivido la terrible agonía de ayudar a nuestro hijo menor a empacar sus cosas antes de ponerme afuera de la puerta principal, con su madre, y despedirlo cuando se fue en su automóvil a iniciar su propia vida en una residencia estudiantil de la Universidad Estatal de Arizona.
Después de que se marchó, recuerdo que caminé por el pasillo y me senté en su cuarto, a oscuras, orando porque Bette y yo hubiéramos proporcionado a Matt y a Dana, nuestro hijo mayor, la orientación que necesitarían para enfrentar las múltiples adversidades de la vida con que seguramente se toparían.
Mi viaje de promoción iba bien hasta una ocasión en que participé en un programa matutino de charlas de una radiodifusora de Los Ángeles. en este programa en vivo participaba también una novelista muy famosa cuyo nombre me reservo. De alguna manera, la conversación había derivado al tema de nuestras familia, y de nuestros hijos en particular.
Rápidamente, la novelista se apoderó del micrófono y comenzó una larga perorata desagradable en contra de sus dos hijos adolescentes. Admitió que no podía manejarlos, que con el padre no se podía contar porque nunca estaba en casa y que estos muchachos la estaban volviendo loca. Nunca llegaban a tiempo a comer, sus cuartos siempre eran un desorden y siempre ponían sus aparatos de sonido a un volumen tan alto, y en diferentes estaciones, por supuesto, que el ruido también la estaba volviendo loca.
Después de oír tal vez unas doce veces esa fea expresión de "volverse loca", mientras que esta célebre autora rebajaba a su hijos ante un auditorio bastante grande, finalmente me exasperé y la interrumpí. No puede evitarlo - Sabe usted - le dije -, va a llegar el día en que esté usted caminando por el pasillo de su casa y pase dos cuartos muy vacíos y silenciosos... y entonces se preguntará "¿A dónde se fueron?" ¿Por qué no se va a su casa, en cuanto termine este programa, abraza a sus hijos y simplemente les dice que los ama? OG MANDINO
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jueves, 22 de enero de 2009
UNA MEJOR MANERA DE VIVIR(regla 3)
REGLA NUMERO 3
Cada vez que se cometa un error o se haya sido abatido por la vida, no hay que quedarse demasiado tiempo pensando en ello. Los errores son la forma en que la vida le enseña a uno. La capacidad de cometer errores
¿Cómo podría uno conocer sus límites sin una falla ocasional? Nunca hay que rendirse. Ya llegará el turno de uno.
A lo largo de los siglos ha resonado una de las grandes verdades menos entendida y, sin embargo, sólo los sabios toman en cuenta su consejo. Si se quiere tener éxito, hay que aprender a vivir con el fracaso. El fracaso nos proporciona más sabiduría que el éxito. Si usted me muestra una persona que nunca ha tropezado, que nunca ha tenido dificultades en su empleo y nunca ha cometido un error, yo le mostraré que es una persona con un futuro muy sombrío.
Los errores, los desaciertos, las derrotas, son inevitables en esta vida rudimentaria pero efectiva; sin embargo, si dejamos que eso nos vuelva miedosos, de tal manera que cuando nos abaten dudamos en volver a intentarlo, nos estamos condenando a una vida de arrepentimiento. Las mejores lecciones que podemos llegar a aprender provienen de nuestros errores y fracasos.
Derrota. ¿Qué es eso? Nada más, un poco de educación, nada más el primer paso hacia algo mejor. Las únicas personas que nunca fracasan son quienes nunca, pero nunca, intentan.
En una ocasión, Mark Twain contó la historia de un gato que un día saltó para subirse a una estufa caliente y se quemó la panza. Ese gato nunca más volvió a saltar para subirse a una estufa caliente - pero ese mismo gato ¡nunca saltó para subirse a una estufa fría, tampoco!
Con mucha frecuencia, se sobrestima el valor de la experiencia... y eso puede ser muy dañino si impide que uno vuelva a intentar algo después de haberse lastimado. Hay un antiguo proverbio escandinavo que es una maravilla: "El viento del norte hizo al los vikingos". El viento del norte puede hacer maravillas por usted también, amigo lector.
Hay que recordar que hasta las vidas de más éxito contienen capítulos de fracaso, exactamente como ocurre en toda buena novela, pero la forma en que termine el libro depende de nosotros. Somos los autores de nuestros años, y nuestros fracasos y derrotas sólo son pasos hacia algo mejor. Allá por 1974, cuando Hank Aaron estaba a punto de alcanzar la marca del mayor número de cuadrangulares de todos los tiempos, impuesta por Babe Ruth, una mañana llamé por teléfono a su club de béisbol, los Bravos de Atlanta.
Finalmente me comunicaron con su departamento de relaciones públicas, y planteé mi
pregunta:
- Sé que Hank lleva setecientos diez cuadrangulares y que sólo necesita cinco más para romper la marca de Ruth, pero me surgió una duda, ¿cuántas abanicadas lleva en su carrera?
-¿Abanicadas, dice usted? - me preguntó titubeante al joven que estaba al teléfono.
- Sí, ¿cuántas abanicadas?
- Discúlpeme, pero tendrá que aguardar mientras averiguo ese dato, señor.
Así lo hizo y pasaron varios minutos antes de que regresara al teléfono.
- Señor Mandino, hasta anoche, Hank llevaba setecientos diez cuadrangulares y, como usted sabe, sólo necesita cinco más para romper la marca del mayor número de cuadrangulares de todos los tiempos, impuesta por Babe Ruth...
- Sí, ya sé...
-...y ...en todos su carrera, lleva mil doscientos sesenta y dos abanicadas.
Le di las gracias, colgué y luego me quedé sentado sopesando la cifra que acababa de oír.
Qué gran ejemplo para usarlo en el futuro cada vez que tratara de precisar la idea de no
dejar nunca que los fracasos pasados impidan que uno vuelva a intentar. Allí estaba el mejor bateador de cuadrangulares que haya habido... e incluso él, incluso Hank Aaron, ¡tuvo que abanicar casi dos veces por cada batazo que sacaba la pelota del parque! es cierto que la vida es un juego con reglas que deben seguirse para triunfar, pero uno no tiene que batear de cuadrangular cada vez que es su turno al bat para tener éxito en este mundo. Pregúntele a Hank, amigo lector. fragmento de UNA MEJOR MANERA DE VIVIR de OG MANDINO
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REGLA 2
Hoy, y todos los días, uno debe dar más de lo que le pagan por hacer. La victoria del éxito se habrá ganado a la mitad cuando uno aprenda el secreto de dar más de lo que se espera en todo lo que uno hace. Hay que hacerse tan valioso en su trabajo que más adelante uno se vuelva indispensable. Uno debe ejercer su derecho de recorrer ese kilómetro adicional y disfrutar de todos los beneficios que recibirá. ¡Bien se los merece! Me encanta curiosear todas las tarjetas de felicitación de carácter humorístico que parecen estar ocupando cada vez más espacio en los anaqueles de la mayor parte de las tiendas donde se venden tarjetas, y robablemente envío más de las que debería. Mi favorita de todos los tiempos fue la arjeta de tamaño exagerado que llevaba un borde grabado que la hacía parecerse a un título accionario y dentro del cual estaban impresas las palabras "Cómo hacer dinero".
Al abrir la tarjeta, se leían sólo tres palabras impresas en una tinta de color naranja brillante: ¡ PÓNGASE A TRABAJAR! En la vida todo tiene su precio y a menos que usted, lector, pertenezca a esa reducida élite que ha tenido todo resuelto desde la cuna, me temo que la única forma en que puede usted
pagar las cosas que desea, necesita y con la que sueña es con la compensación que recibe por el trabajo que desempeña.
Aunque está asintiendo con la cabeza, no parece feliz, amigo lector. ¿Está luchando por
ganarle la delantera a las cuentas? ¿No está progresando ni creciendo mucho en ese empleo en el cual ya lleva demasiado tiempo sin lograr ningún avance? ¿Le gustaría adquirir una casa nueva pero no le alcanza? ¿Lo mismo con la carcacha que tiene por automóvil? La vida de usted parece estar empantanada; ¿cómo salir del atolladero?
Hay una respuesta, una solución, una regla, y apuesto que nunca le ha fallado a quienes la han aplicado realmente. En lo tocante a mejorar el ámbito profesional de su vida, amigo lector, el mayor secreto del éxito nos fue entregado desde la cima de una montaña, hace aproximadamente dos mil años, cuando Jesucristo nos dijo que cuando nos viéramos obligados a recorrer un kilómetro con alguien, deberíamos recorrer el doble siempre. El Kilómetro adicional.
Si, a partir de mañana, se propone usted aportar más en su trabajo de lo que le pagan por
hacer, comenzarán a ocurrir milagros en su vida. No importa a qué se dedique usted para ganarse la vida, sea que venda productos, pinte casas, maneje computadoras o barra pisos - sí cada día hace más de los que le pagan por hacer, en poco tiempo su patrón de vida cambiará para mejorar.La manera más segura de condenarse uno mismo a una vida de fracaso y lágrimas consiste en hacer únicamente el trabajo por el que le pagan. Claro que aportar más de lo que se espera que uno dé no hará que uno sea muy popular con algunos de sus compañeros de trabajo que parecen dedicados a hacer lo menos posible por lo que les pagan... pero ése es su problema, no el de uno. Usted, lector, viva su vida. Hay personas que dependen de usted.
Cuando usted da más de lo que le pagan por dar, cada día, no sólo se promueve usted mismo, sino que, al ser indispensable, descubrirá, para su sorpresa, que a todo su alrededor hay nuevas oportunidades, y más adelante podrá asignarse su propio precio. Es una regla muy sencilla. ¡Recorra otro kilómetro! No le costará ni un centavo y, sin embargo, es una regla tan poderosa que, cuando la siga, su vida cambiará para siempre.
Andrew Carnegie dijo que había dos tipos de personas que nunca lograban mucho en la vida. Una es la persona que no quiere hacer lo que le dicen que haga, y la otra es la persona que sólo hace lo que le dicen que haga. Y cuando se le preguntó a Walter Chrysler qué era lo que más necesitaba su planta, repuso: - Diez buenos hombres que no estén atentos al silbatazo ni se la pasen pendientes de la hora en la carátula del reloj.
Hay que sorprender a todos. Cambie sus hábitos de trabajo. ¡Recorra ese kilómetro adicional! Esto no significa que sacrifique a su familia ni su salud en una compulsión insana por el éxito, pero es un método maravilloso para que usted extraiga todo lo que la vida puede ofrecer y todo lo que usted se merece. Hay que trabajar como si uno fuera a vivir eternamente, y vivir como si uno fuera a morirse hoy mismo. ¡ Recorra otro kilómetro
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